como ser un buen denfensa central

Cómo ser un buen defensa en fútbol


En tu calidad de defensa en el fútbol, tu principal función es evitar que el otro equipo anote un gol. Sin embargo, los buenos defensas van mucho más allá de esto, ya que deben brindarles información esencial a sus compañeros en el campo y presionar a sus oponentes para que cometan errores mediante los cuales los defensas tengan la oportunidad de despejar el balón y deshacerse de la amenaza. Asimismo, deben apoyar a sus compañeros de equipo y cubrirlos para permitirles encontrar oportunidades de anotar. Para ser un buen defensa, necesitas habilidades técnicas sólidas, resistencia mental y buena forma física.[1]

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    Perfecciona tu postura defensiva. Es fundamental que los defensas tengan un centro de gravedad bajo, para lo cual debes flexionar las rodillas y tensar los músculos del torso con los brazos hacia afuera a los costados. Cuando los jugadores del otro equipo se te acerquen, puedes apartar sus brazos.[2]
    • Mantente en puntas de pie separando los pies a alrededor de la distancia entre tus hombros de forma que tengas un mejor equilibrio y puedas bloquear una mayor cantidad de espacio.
    • Mantén los ojos fijos en el balón y no en el jugador contra el cual te estés defendiendo. Cuando no tengas el balón, debes darle un vistazo al campo de forma que sepas cuál es la ubicación de todos los jugadores y te sea posible anticipar oportunidades que el equipo contrario podría querer aprovechar.
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    Defiende ambos lados de un jugador. Cuando tengas el balón, debes mantenerte justo frente al jugador contra el cual te estés defendiendo en lugar de desplazarte hacia uno u otro lado, ya que defender únicamente por un lado del jugador le brindará una oportunidad de circunvalarte o pasar el balón.[3]
    • En caso de que tengas dificultades para seguirle el ritmo al otro jugador y temas que te sobrepase, puedes pedirles ayuda a tus compañeros de equipo. Debes concentrarte en demorar lo más posible al otro jugador hasta que recibas ayuda.
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    Aprovecha los errores. Con un mal toque o un paso en falso, adquieres una oportunidad como defensa. En caso de que estés defendiéndote contra un jugador fuerte, debes mantenerte alerta al mínimo error. Mantén a ese jugador bajo presión de forma que haya una mayor probabilidad de que se aturulle y titubee.[4]
    • Fíjate en los detalles más pequeños y prepárate para actuar de inmediato si percibes que el otro jugador tiene dificultades. Quizás tengas apenas un segundo para actuar y marcar una gran diferencia en el partido.
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    Estudia a tus oponentes. En su mayoría, los jugadores de fútbol tienen movimientos y patrones característicos mediante los cuales puedes saber si están preparándose para patear el balón o superar a todos los defensores. Investiga a los equipos contrarios y mira partidos anteriores para poder anticipar su comportamiento de una mejor forma.[5]
    • En tu calidad de defensa, debes poder predecir lo que harán tus oponentes y a dónde querrán ir de forma que puedas colocarte en posición para detenerlos.
    • Al mirar partidos anteriores, debes fijarte también en las técnicas de defensa que les hayan traído dificultades a determinados oponentes. Luego, podrías incorporarlas a tu propio repertorio al momento de enfrentarte a ellos.
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    Comunícate con eficacia con tus compañeros. Cuando eres defensa, puedes ver todo el campo y saber la ubicación de todos los jugadores, por lo que puedes informarles a tus compañeros cuándo se acerca un momento de presión y cuándo hay alguien libre.[6]
    • Por ejemplo, en caso de que no haya ningún defensa cerca de un jugador, puedes decirle "estás libre" para que sepa que puede tomarse su tiempo con el balón.
    • Habla con fuerza y mantén alertas y en ascuas a los demás defensas. En caso de que otro defensa tenga el balón, debes brindarle la mayor cantidad posible de información sobre la situación a su alrededor. De esta forma, podrá enfocarse en el balón. Por ejemplo, podrías decirle "estás cubierto" en caso de que estés brindándole apoyo a otro defensor y te encuentres posicionado para que él pueda hacer el intento de derribar a un jugador.
    • Si no tienes mucha experiencia con el equipo en el que juegues, será necesario que te comuniques más para así poder saber lo que les guste y lo que quieran hacer. Más vale brindarles un exceso de información que no brindarles la suficiente.[7] Por ejemplo, quizás sea necesario que grites "pies" para que un jugador sepa que debe pasar el balón directamente a tus pies y no hacia un lugar delante de ti. En caso de que este jugador de por sí conozca tu estilo de juego, quizás ya sepa la forma como te guste recibir los pases.
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    Derriba únicamente cuando te sea posible despejar el balón. Derribar a un jugador constituye una de las partes más peligrosas del fútbol debido a que, además de que podrías lastimarte, corres el riesgo de cometer una falta contra el otro jugador. Por tanto, debes reservar esta potente técnica de defensa para cuando tengas la certeza absoluta de poder recuperar la posesión del balón para tu equipo.[8]
    • Al derribar a un jugador, debes mover la pierna como si fueras a pasar el balón. Da una patada hacia un lado y luego hacia el balón.
    • El mejor momento para derribar a un jugador es cuando el atacante acabe de cometer un error (por ejemplo, si tocó mal el balón) o si no está en equilibrio.
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    Golpea el balón de forma segura con la cabeza. Golpear el balón con la cabeza como una técnica defensiva puede constituir una herramienta importante para un defensa, además de que puede sacar a tu equipo de una situación difícil. Emplea la técnica apropiada de forma que puedas golpear el balón con seguridad y eficacia, corriendo un menor riesgo de padecer una conmoción cerebral u otra lesión.[9]
    • Tus ojos deben permanecer fijos en el balón en todo momento mientras esté en el aire. Asimismo, tu frente debe estar en línea con la parte del balón que quieras golpear. En caso de que golpees la parte superior del balón, este caerá al suelo, mientras que, si lo golpeas por debajo, se elevará.
    • En muchos casos, los jugadores principiantes tienden a cerrar los ojos a medida que el balón se acerca, principalmente por miedo o en anticipación al dolor del balón cuando golpee contra su cabeza. Sin embargo, debes practicar mantener los ojos abiertos en todo momento. Si haces ejercicios de golpes de cabeza, podrás deshacerte de esa anticipación y del miedo a golpear el balón.

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